CÓMO HACER PARA QUE LOS NIÑOS VAYAN A DORMIR Y LEVANTARSE SIN DRAMAS
La hora de irse a la cama puede ser una lucha diaria, pero con un poco de paciencia podemos inculcar a nuestros peques una rutina sana de sueño desde los dos años o antes.
En cuanto parece que se ha dormido, vuelve al ataque y nos grita desde la habitación. O peor, aparece en el salón con su mejor sonrisa.
Las principales causas de esa resistencia a la hora de irse a dormir.
El miedo nocturno
El niño se encuentra solo, separado de sus padres y cuando empiezan a tener pensamientos de peligro o seres amenazadores, la transición de la vigilia al sueño para ellos es un trago duro.
A esta edad los niños son tremendamente activos e inquietos, les cuesta mucho abandonar todos los impulsos y actividades del día, y pasar a relajarse.
También a edades tempranas les cuesta separarse de papá y mamá, tenemos que mirar de pasar el máximo tiempo posibles con ellos y hacerles participes de la compra, la cena o nuestros quehaceres diarios.
Nunca le amenaces en mandarle a la cama si se porta mal, ya que eso hará que lo vea como algo malo.
La rutina nocturna para ir a dormir
El organismo de los niños funciona como un mecanismo de relojería, por eso hay que establecer un horario y ser muy estrictos en su cumplimiento.
Un niño acostumbrado a ir a la cama todos los días a la misma hora, empezará a sentir sueño cuando se acerca esa hora. Hay que ser firmes, pero no con gritos, sino con tenacidad y persuasión. El mismo hecho de que lo convirtamos en un hábito, hace la mitad del trabajo.
A los niños les gusta la rutina. El baño antes de cenar, la cena, hacer pis, ponerse el pijama… todo ello en nuestra compañía y como un juego placentero, les predispone a meterse en la cama y dormir.
Una vez en la cama, el niño afronta el momento de quedarse solo. Para aliviar este paso, ayuda mucho pasar un rato junto a su cama, una canción, un cuento, unas palabras tiernas, el beso de buenas noches, un relajante ‘Duerme tranquilo que papá y mamá te cuidan’ y un peluche que sea un buen compañero para la travesía nocturna.
¿Y cómo afrontar el levantarse por las mañanas e ir al cole sin dramas?
Para darle la vuelta a la tortilla y empezar los días con otro ritmo, hay cinco consejos para conseguir mañanas libres de estrés:
- Los niños tienen sueño, no han dormido bastante. Es fundamental un horario razonable para ir a dormir incluso en vacaciones.
- Hacer una rutina cada mañana ayudará a los niños a saber que toca después y acabarán para asimilarla.
- Todo el que se pueda dejar hecho el día antes mejor (ropa, mochila …)
- Felicítalos cuando lo hagan bien, o cuando ya sepan la rutina y la hagan solos.
- A veces merece la pena quitarse diez minutos de sueño para no ir con tantas prisas y que todo sea más calmado.
Con la práctica, paciencia y un poco de tiempo toda la familia asumirá las rutinas matutinas.